Mucho antes de poner a remojar las lentejas hay que cambiar los pensamientos y sentimientos que te generan la comida. Porque lo que pensamos también se come.

¿Dónde estás poniendo el foco? Si vos ponés el foco en que esto es difícil, es complicado… Lo que te va a pasar es que vas a vivir esa experiencia. Entonces no vas a encontrar simpleza, no vas a encontrar que las cosas te gustan. Es más, la resistencia va a hacer que te caiga mal, que te hagas un estudio y te de mal…

Por eso, hasta la comida más saludable se puede volver un veneno si estás sintiendo miedos, incertidumbre. Hay muchas emociones, energía que influyen mientras estamos comiendo.

Las elecciones que yo hice en mi mente me llevan a elegir esta alimentación. E ir pasito a pasito es lo que me va llevando por mi camino. Y no creas que todo lo que hay en las redes es para vos. Lo que es para vos, lo tenés que buscar vos. Aplicando lo que aprendés y fijándote qué te hace sentir bien.

En las redes, muchas veces acumulamos mucha información pero no hacemos nada. Podés usar las redes para inspirarte y creo que después podés aprender en un libro, un curso, un servicio que contratás de alguien. Una cosa lleva a la otra y ponés a girar la rueda del entusiasmo. Empezás a hacer más de lo que te gusta, elegir momentos de silencio, de conexión con el otro.

Vos ocupate de cambiar los pensamientos y las emociones, que eso crea la experiencia. En base a lo que pensás y creés, es lo que vas a vivir.